En una maceta de mi patio, esta mañana, había un insecto negro sobre una flor amarilla. Negro y amarillo sobre el verde oscuro del alto tallo de la planta. Me he preguntado por el sentido de esta escena. Pero no he encontrado respuesta. Esto es lo mismo que nuestras vidas: es, y con ello es suficiente.
La pura verdad
Lágrimas
No lloro
Vuelo mortal
Subo con mi perrita Luna a la sierra de Santa Cruz. Llegamos al Venero Chico y ella bebe. Llegamos al Venero Grande y ella bebe. Llegamos al camino del Puerto, y ella enfila hacia arriba como si fuera lo más natural del mundo, subir, subir hasta las estrellas y más allá. Llegamos al Cancho de la Misa, y ella se tumba al sol de media mañana, la lengua fuera, como diciendo, ya está bien. Subimos hasta la Casa del Cabrero. Luego hasta la Silla del Moro, allí donde el jeque árabe decía; "venga tos pabajo"... y despeñaba a los cristianos.
Allí tomo a mi perra en brazos y la lanzo al vacío, trescientos metros de acantilado, el horizonte a lo lejos, abajo la mortal piedra impasible y el dolor. Ella vuela hacia la muerte. Es mejor acabar así, sin la larga agonía de dolor de un cáncer de útero.
Pienso
Capricho roto
Krali cubre los hombros de la niña con el abrazo del padre protector que nunca tuvo. No te preocupes, tía, la vida es un capricho roto y duele, dice. La niña le mira sin comprender. En sus ojos hay una interrogante y un desconcierto. ¿Quién eres? Soy tu sobrino. ¿Y cómo es posible esto? Porque no eres real, princesa. Eres solo un recuerdo, la esencia de ti que mi madre ha depositado en lo más profundo de mi alma, si lo prefieres en el ancho y destartalado almacén de mis recuerdos a largo plazo. La luz cae desde arriba en tibias semillas blancas. ¿Soy un espectro, un fantasma? No. ¿Puedo salir a tu presente? Ya estás aquí, puedes continuar aquí; y Krali señala su costado izquierdo. Mi hermana... Está aquí también, tía, en esta casa, arriba, en el antiguo doblado, en un nicho que he construido sobre la repisa de la ventana que daba al tejado, hoy cegada por las obras. Quiero verla. Ven, sube. En el ángulo oscuro hay un visillo. El hombre lo descorre. Hay una ventana corredera. El hombre señala. Hay una lápida funeraria: un corazón de Jesús y un poema. La niña reconoce los versos. Sonríe.